NUESTRO PROYECTO Shhh...

¿Y si volviéramos a lo natural?

El mundo actual se ha convertido en un lugar donde predomina lo artificial. Hemos creado vidas artificiales fruto de las exigencias que nosotras mismas hemos inventado. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo encerrados, actuando en contra de nuestra naturaleza, alejados de espacios al aire libre, con calendarios cada vez más ocupados, yendo de un lado para otro con prisa, y con interminables listas de cosas por hacer.
Agotamiento. Estrés. Dolor. Preocupación. Carga mental y emocional. Insatisfacción.
Fijémonos en otros seres vivos, más en concreto: los otros animales. Observaremos que no están como nosotros. Ellos no sufren de estrés, ni van por el bosque corriendo como si se les fuese la vida. Si corren, es para divertirse o cazar, pero no por creencias irracionales.
¡Rompamos la burbuja!

¿Qué nos pasaría si reconectáramos con la naturaleza; con nuestra naturaleza?

 

Conectar dejando a un lado la creencia de que somos tan importantes (casi divinos) y darnos cuentas de una vez por todas de que somos humanos. Pertenecemos, al igual que los animales, a este mundo que poco entendemos pero que tiene un orden natural establecido y que es el que es, nos guste o no.
Conectar con la naturaleza significa volver a ti.

De nuestra pasión por lo natural y desde la voluntad de ayudar a las personas a reconectar con su propia naturaleza a través de la naturaleza en estado puro, nació nuestro proyecto: Shhh…

Shhh... ES UN PERFECTO RINCÓN DONDE VOLVER A TI

Shhh… es un espacio donde volver a sentir y sincronizarse con las estaciones.​

Encerrados en la monotonía de una oficina nos enteramos de la llegada de una nueva estación por los cambios en los escaparates, pasando por alto la eclosión de las mariposas, el ajetreo de las abejas, los cambios en la vegetación…

Pero la naturaleza cambia constantemente y parar unos minutos, horas e incluso días a observar esos cambios es algo profundamente mágico.

Puedes observar tooodos esos cambios en cualquier rincón de Shhh…; mirando por la ventana de tu habitación, paseando por los campos de olivos que tienes delante la casa o simplemente saliendo a respirar a la terraza.

Shhh… es un espacio donde observar las aves.

Encerrados en la monotonía de una oficina nos enteramos de la llegada de una nueva estación por los cambios en los escaparates, pasando por alto la eclosión de las mariposas, el ajetreo de las abejas, los cambios en la vegetación…

Pero la naturaleza cambia constantemente y parar unos minutos, horas e incluso días a observar esos cambios es algo profundamente mágico.

Puedes observar tooodos esos cambios en cualquier rincón de Shhh…; mirando por la ventana de tu habitación, paseando por los campos de olivos que tienes delante la casa o simplemente saliendo a respirar a la terraza.

Shhh… es un espacio donde salir a pasear por el bosque.

No te quedes encerrada en la casa. Sal fuera, explora más allá. Ponte unas zapatillas de senderismo o descalza tus pies y sal a caminar. Hay un montón de rutas sencillas que te sumergen en la naturaleza de la zona.

Shhh… es un espacio donde hacer Grounding (enraizamiento).

¡Descalcémonos! Conecta con la tierra sin zapatos de por medio y recarga tu energía. Explora nuestros senderos naturales de forma consciente. SIENTE cada paso que das, la textura del suelo bajo tus pies y la brisa en tu piel. Observa la flora y fauna que te rodea.

Shhh… es un espacio donde redescubrir los regalos de la naturaleza.

Cada estación nos brinda sus regalos. Disfruta de la recolección, como hacían tus ancestros. Llena la cocina de aceitunas, plantas medicinales, condimentos, setas y bayas. Nada sentará mejor a tu cuerpo que el alimento ecológico que ha crecido a su ritmo natural a pocos metros de donde lo comes.

Shhh… es un espacio donde bañarte en agua fría.

Cada estación nos brinda sus regalos. Disfruta de la recolección, como hacían tus ancestros. Llena la cocina de aceitunas, plantas medicinales, condimentos, setas y bayas. Nada sentará mejor a tu cuerpo que el alimento ecológico que ha crecido a su ritmo natural a pocos metros de donde lo comes.

Shhh… es un espacio donde meditar al aire libre.

Elige uno de los lugares tranquilos de Shhh… y siéntate en silencio. Cierra los ojos y disfruta del viaje.

Shhh… es un espacio donde practicar yoga.

La práctica del yoga en Shhh… va más allá de las posturas y la respiración. Es un acto sagrado de unión con uno mismo y con el universo que nos rodea. Nuestro entorno, inmerso en la belleza natural, proporciona el telón de fondo perfecto para esta exploración espiritual. Desde el amanecer hasta el atardecer, puedes encontrar lugares tranquilos para practicar asanas o simplemente contemplar la majestuosidad del mundo natural que te rodea.

Shhh… es un espacio donde cultivar el silencio y la quietud.

Es la mejor inversión que podemos hacer para ser libres de la esclavitud mental interior y sentir plenitud.

Shhh… es un espacio donde dejar de vivir en el ayer o en el mañana, para vivir en el presente.

Nunca estamos en el lugar donde nos encontramos. Acostumbramos a estar en otra parte, lejos de nosotros mismos y del presente. No estamos comiendo mientras comemos. No sentimos los matices de cada sabor en la boca, ni notamos sus distintas texturas. Por el contrario, solemos estar en nuestra mente, pensando en algo que nada tiene que ver con la comida ni con el acto de comer. Puede que pensemos en las tareas pendientes que queremos finiquitar después o en la pereza que nos da ir al gimnasio por la tarde.

La energía y los ritmos en Shhh… favorecerán la conexión con tu instante y experiencia presente.

¡Bienvenidas a Shhh…!

Les Closanes
Les Closanes

¿QUIÉN HAY DETRÁS DE Shhh…?

¡Hola!

Me llamo Carla. Mujer acuario. Amante de la libertad y la naturaleza. Mamá. Enfermera.

QUIÉN SOY es algo que aún me pregunto de vez en cuando.

Vivo al ladito de Shhh… con mi familia. Juntos cuidamos de este hermoso lugar.

Si te preguntas cómo nació este proyecto, te cuento.

Hace un tiempo tocamos fondo a nivel laboral. Llegamos a un punto donde cada minuto que dedicábamos a trabajar en nuestra empresa familiar, era un minuto de vida que sentíamos que se perdía

 

Mi trabajo era estresante. Me mantenía delante de una pantalla de ordenador muchas horas y pendiente de redes sociales casi las 24h del día. Era un trabajo de cuerpo presente y mente ausente.

 

Transitábamos por un camino dirigido a la cima de lo material, pero a cada paso, perdíamos algo mucho más importante; la salud y el bienestar emocional.

 

En ese contexto, tomamos algunas malas decisiones, inconscientemente, que llevaron a nuestro proyecto a su fin. Al principio, viví la situación como algo catastrófico. Nunca imaginé lo afortunada que era por haber conseguido realizar un cambio de vida que necesitaba pero que creía que no tenía la fortaleza suficiente como para llevar a cabo de forma consciente.

 

Fue entonces cuando comenzó mi búsqueda para encontrar un nuevo camino. No fue fácil. Pasé momentos de miedo, de inseguridad y de vértigo. Quedarte sin trabajo a los 30 y tantos enciende muchas alarmas. Te meten miedo. Y hablo en plural refiriéndome no solo a la sociedad, sino también a mi propia mente, educada para buscar el éxito profesional resumido en un trabajo que te dé dinero a fin de mes y algo de prestigio social, a poder ser. Parece que el éxito consiste en cumplir una serie de estereotipos que te llevan teóricamente a la felicidad. Pero no es así. Yo tenía un buen trabajo, un buen sueldo, una buena casa… pero me sentía vacía. No estaba siendo feliz.

 

Así que, habiendo probado ya lo de trabajar sin tenerme en cuenta, elegí buscar un sentido a mi trabajo. Un sentido de verdad. Algo que pudiera ser útil para el mundo. Útil para alguien y al mismo tiempo, para mí. Algo que aportara auténtica “riqueza” a la sociedad.

 

Doy gracias al haber “fracasado” porque eso me regaló la oportunidad de reconstruir mi vida de nuevo.

 

Como punto de partida, estaba convencida de que no encontraría la felicidad en las posesiones, sino en la capacidad de vivir en coherencia. Conectada con mi esencia, con mis valores, mis talentos, mis intereses y con proyectos que sí valieran el esfuerzo, la entrega y el compromiso.

 

Y sorprendentemente, cuando menos lo esperaba, cuando estaba a puntito de tirar la toalla… ¡apareció! Nos ofrecieron la posibilidad de gestionar la preciosa Masía de Les Closanes. ¡Lo vi! Vi y sentí al instante, que en ese sitio había algo especial que aún no se había mostrado antes.

 

Me pareció el rincón perfecto para brindar al mundo un lugar donde no hacer, ni tener. Un sitio donde simplemente ser y estar. Con otr@s y con una misma.

 

Y junto a mi marido y nuestros dos hijos, nos pusimos manos a la obra para reinventar Les Closanes y dar lugar a Shhh…

 

Cerrábamos así un ciclo, dejando atrás el movernos solo por seguridad, comodidad, lealtades inconscientes, dinero o poder, para ABRIRNOS a otro ciclo, sintiendo motivación real; ese entusiasmo que viene de dentro y nos permite concebir y vivir nuestro trabajo de forma vocacional.

 

Nos abrimos a algo que nos interesa, que nos motiva, que nos gusta, nos divierte y nos causa satisfacción. Algo que nos permite vibrar lo que somos ¡Vibrar alto!

 

En esta nueva era, queremos crecer y desarrollar nuestro potencial con creatividad.

 

Queremos aportar un verdadero valor añadido, algo que no puede automatizarse y que tiene que ver con nuestra esencia; eso que realmente somos, y con nuestro propósito de vida. Abrazando la espiritualidad, abriéndonos a descubrir una nueva manera de concebir el universo y estar en la vida.

 

Nuestro compromiso ahora es: cuidarte, darte el silencio y el espacio necesario para que tu también puedas volver a ti.

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¿QUÉ VALORES NOS MUEVEN?

Nuestros valores son la base y lo que impregna todo lo que hacemos y desde dónde lo hacemos:
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